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lunes, 20 de junio de 2011
lunes, 10 de noviembre de 2008
Filmar en las calles
FILMAR EN LAS CALLES.
“(…) un director deja de ser libre si tiene necesidad de 700 millones para expresarse (…) la única razón que me ha permitido trabajar libremente es que Il pugni in tasca (Las manos en los bolsillos -1965-) ha costado quince veces menos…”
MARCO BELLOCCHIO, 1967.
Esta declaración del reconocido director italiano, es en gran medida la inspiración de este texto urgente, que no pretende ser un manifiesto, si no un llamado a la sociedad, un llamado humilde, una súplica al sentido común, aunque se haya dicho ya, hasta el cansancio, que el sentido común es el menos común de los sentidos.
Esta misiva nace de la necesidad que tiene la juventud actual de filmar. Nos sentimos muy afortunados de pertenecer a una generación que cada vez con más fuerza manifiesta esa necesidad.
El cine en nuestro tiempo, probablemente debido a la creciente democratización de la tecnología, ha cobrado una importancia inusitada, y al igual que la música y el resto de las artes, ha configurado un lenguaje universal que ha mutado con el tiempo; y es precisamente ahora, en este momento, que el cine se ha vuelto inevitable.
Vivimos en una “sociedad visual” como lo han establecido ya los filósofos posmodernos, esa es otra de la razones por las cuales el cine es insoslayable.
No obstante la relativa juventud del arte cinematográfico, su expresión se ha hecho contundente; proliferan festivales de cine en todas las latitudes del globo terráqueo y la gente acude ávida a las salas, para ver nuevas propuestas.
Es indiscutible que esta situación encuentra sus raíces en la naturaleza seductora inherente al cine, pero también en la lucha cruenta de los cineastas contra la adversidad, en la nouvelle vague francesa, en el free cinema inglés, en el Nuevo cine mexicano, y también, hay que decirlo, en la constancia de nuestros directores de cada época, así como en la vanguardia artística de cada período.
A pesar de que el panorama en nuestro país con respecto a la producción cinematográfica, y al renacimiento de la industria, ha mejorado considerablemente en los últimos años, debido a los apoyos gubernamentales y privados; debido al surgimiento de nuevas narrativas y al triunfo internacional de muchos directores mexicanos, y gracias al esfuerzo de promoción y creación que otros artistas han hecho desde diferentes trincheras (como nuestro recién desaparecido Víctor Hugo Rascón) consideramos que aún hace falta mucho por hacer.
Estamos convencidos de que sólo la colaboración multilateral, pertinaz y las nuevas ideas pueden hacer crecer la calidad de nuestros productos fílmicos. De la misma manera, consideramos, que del apoyo que reciban las nuevas generaciones de creadores dependerá el crecimiento de una industria sana y competente.
Aplaudimos el surgimiento de programas en favor del arte, de incentivos para la juventud, de apoyos para artistas de generaciones venideras.
Agradecemos el interés y la ayuda incondicional que nos han brindado instituciones públicas y privadas.
Solicitamos compresión por parte de la sociedad civil, cooperación de los representantes de las diferentes delegaciones, de los gobiernos locales y el gobierno federal para hacer posible no sólo ésta, si no todas las filmaciones. Los invitamos a hacer una apuesta por el cine nacional y a que las calles de cada ciudad, de cada municipio, de cada delegación, las veredas de cada pueblo, se vuelvan escenarios y testigos de este desarrollo.
No recuerdo quien ha dicho esta frase, que ahora (por lo menos para nosotros) tiene más sentido que nunca: si la gente supiera lo que hay que hacer para hacer una película, entrarían al cine de rodillas.
Saludos cordiales.
La producción del cortometraje universitario “AMOR DEL BUENO”
MÉXICO, D.F. a 2 de Octubre de 2008.
“(…) un director deja de ser libre si tiene necesidad de 700 millones para expresarse (…) la única razón que me ha permitido trabajar libremente es que Il pugni in tasca (Las manos en los bolsillos -1965-) ha costado quince veces menos…”
MARCO BELLOCCHIO, 1967.
Esta declaración del reconocido director italiano, es en gran medida la inspiración de este texto urgente, que no pretende ser un manifiesto, si no un llamado a la sociedad, un llamado humilde, una súplica al sentido común, aunque se haya dicho ya, hasta el cansancio, que el sentido común es el menos común de los sentidos.
Esta misiva nace de la necesidad que tiene la juventud actual de filmar. Nos sentimos muy afortunados de pertenecer a una generación que cada vez con más fuerza manifiesta esa necesidad.
El cine en nuestro tiempo, probablemente debido a la creciente democratización de la tecnología, ha cobrado una importancia inusitada, y al igual que la música y el resto de las artes, ha configurado un lenguaje universal que ha mutado con el tiempo; y es precisamente ahora, en este momento, que el cine se ha vuelto inevitable.
Vivimos en una “sociedad visual” como lo han establecido ya los filósofos posmodernos, esa es otra de la razones por las cuales el cine es insoslayable.
No obstante la relativa juventud del arte cinematográfico, su expresión se ha hecho contundente; proliferan festivales de cine en todas las latitudes del globo terráqueo y la gente acude ávida a las salas, para ver nuevas propuestas.
Es indiscutible que esta situación encuentra sus raíces en la naturaleza seductora inherente al cine, pero también en la lucha cruenta de los cineastas contra la adversidad, en la nouvelle vague francesa, en el free cinema inglés, en el Nuevo cine mexicano, y también, hay que decirlo, en la constancia de nuestros directores de cada época, así como en la vanguardia artística de cada período.
A pesar de que el panorama en nuestro país con respecto a la producción cinematográfica, y al renacimiento de la industria, ha mejorado considerablemente en los últimos años, debido a los apoyos gubernamentales y privados; debido al surgimiento de nuevas narrativas y al triunfo internacional de muchos directores mexicanos, y gracias al esfuerzo de promoción y creación que otros artistas han hecho desde diferentes trincheras (como nuestro recién desaparecido Víctor Hugo Rascón) consideramos que aún hace falta mucho por hacer.
Estamos convencidos de que sólo la colaboración multilateral, pertinaz y las nuevas ideas pueden hacer crecer la calidad de nuestros productos fílmicos. De la misma manera, consideramos, que del apoyo que reciban las nuevas generaciones de creadores dependerá el crecimiento de una industria sana y competente.
Aplaudimos el surgimiento de programas en favor del arte, de incentivos para la juventud, de apoyos para artistas de generaciones venideras.
Agradecemos el interés y la ayuda incondicional que nos han brindado instituciones públicas y privadas.
Solicitamos compresión por parte de la sociedad civil, cooperación de los representantes de las diferentes delegaciones, de los gobiernos locales y el gobierno federal para hacer posible no sólo ésta, si no todas las filmaciones. Los invitamos a hacer una apuesta por el cine nacional y a que las calles de cada ciudad, de cada municipio, de cada delegación, las veredas de cada pueblo, se vuelvan escenarios y testigos de este desarrollo.
No recuerdo quien ha dicho esta frase, que ahora (por lo menos para nosotros) tiene más sentido que nunca: si la gente supiera lo que hay que hacer para hacer una película, entrarían al cine de rodillas.
Saludos cordiales.
La producción del cortometraje universitario “AMOR DEL BUENO”
MÉXICO, D.F. a 2 de Octubre de 2008.
jueves, 6 de noviembre de 2008
RESEÑA DE AMOR DEL BUENO
Amor del Bueno, es un Proyecto de Cortometraje que nace como tesis de titulación de Julio Carlos Ramos Zapata, que es el Director y Guionista de dicho trabajo y Angélica Martínez Matamoros como Productora.
Sin embargo el equipo que se integró a lo largo de la pre-producción fue lo que definió el carácter de la filmación: Dirección de fotografía por Kristian Olivares, Diseño de Producción y Dirección de Arte por Ziuhtei Erdmann y Fabián Gracilita; y Producción Ejecutiva por Carlos Ayami Erdmann.
Este cortometraje está proyectado para durar de 8 a 10 min. y será filmado en 16mm, pero está proyectado subirlo a 35mm.
La temática de “Amor del bueno” es la relación sentimental de una pareja disfuncional, tan frecuente en estos tiempos. Trata las discusiones y malentendidos que los enamorados suelen protagonizar, claro que al buscar un tono fársico como ruta en la historia, la pareja protagónica, Andrés y Valentina, representada por Odiseo Bichir y Eréndira Ibarra, son especialmente problemáticos por lo que además de dañarse entre ellos, comienzan a dañar a terceras personas.
Andrés es un tipo intelectual que rompe esquemas sociales y que rechaza las formas convencionales de arreglo personal. Valentina es una linda chica que le da suma importancia al concepto de la moda y que aunque comparte de alguna manera intereses intelectuales, su formación personal va acorde con lo establecido por la sociedad.
En la historia, se narran 24 horas de un pleito entre Andrés y Valentina, durante el cual hay interminables persecuciones por la Colonia Roma, caminando, corriendo y en automóvil; también hay amor y besos locos, sonrisas y recuerdos de gran ternura, compañerismo y travesura que terminan en el Panteón San Fernando donde se reconcilian, (después de intentar el extremo de matarse), tras dispararle accidentalmente a un policía que los estaba persiguiendo.
Todo lo que sucede en este Corto, es con el propósito de llevar al extremo la “inocente” discusión que todas las parejas sufren y dejar en claro que sí existen consecuencias, aunque claramente no tan graves como en éste caso, que por supuesto por lo real llevado al absurdo, resulta simpática y necesariamente muchas parejas de nuestros tiempos se verán reflejadas.
A diferencia de los demás cortometrajes estudiantiles “Amor del bueno” toma un ritmo de filmación dinámico y complejo, lo que exige una producción de muy alta calidad, lo que ha llevado al proyecto a crecer y convertirse en una filmación con más alcance del que esperábamos en un principio, gracias al seguimiento y apoyo material y en el despliegue durante la filmación, de parte de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, la Delegación Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juarez; la SSP del DF, diferentes Instancias del Gobierno de la Ciudad y equipo como lo es el de EFD y Chivata Action Car; así como el apoyo de IMCINE que nos ha asesorado y planteado subir la filmación a 35mm, el apoyo incondicional de la SOGEM, Productoras Privadas como: Catatonia Films, Camaleón Films y Terciopelo Films; Colectivos Artísticos como Pandilla Films, y Productoras Independientes como las que colaboran de lleno en el proyecto en conjunto con la UIA que son Antiasalto Films y Perpetua Producciones.
ATENTAMENTE
La Producción de Amor del Bueno.
Amor del Bueno, es un Proyecto de Cortometraje que nace como tesis de titulación de Julio Carlos Ramos Zapata, que es el Director y Guionista de dicho trabajo y Angélica Martínez Matamoros como Productora.
Sin embargo el equipo que se integró a lo largo de la pre-producción fue lo que definió el carácter de la filmación: Dirección de fotografía por Kristian Olivares, Diseño de Producción y Dirección de Arte por Ziuhtei Erdmann y Fabián Gracilita; y Producción Ejecutiva por Carlos Ayami Erdmann.
Este cortometraje está proyectado para durar de 8 a 10 min. y será filmado en 16mm, pero está proyectado subirlo a 35mm.
La temática de “Amor del bueno” es la relación sentimental de una pareja disfuncional, tan frecuente en estos tiempos. Trata las discusiones y malentendidos que los enamorados suelen protagonizar, claro que al buscar un tono fársico como ruta en la historia, la pareja protagónica, Andrés y Valentina, representada por Odiseo Bichir y Eréndira Ibarra, son especialmente problemáticos por lo que además de dañarse entre ellos, comienzan a dañar a terceras personas.
Andrés es un tipo intelectual que rompe esquemas sociales y que rechaza las formas convencionales de arreglo personal. Valentina es una linda chica que le da suma importancia al concepto de la moda y que aunque comparte de alguna manera intereses intelectuales, su formación personal va acorde con lo establecido por la sociedad.
En la historia, se narran 24 horas de un pleito entre Andrés y Valentina, durante el cual hay interminables persecuciones por la Colonia Roma, caminando, corriendo y en automóvil; también hay amor y besos locos, sonrisas y recuerdos de gran ternura, compañerismo y travesura que terminan en el Panteón San Fernando donde se reconcilian, (después de intentar el extremo de matarse), tras dispararle accidentalmente a un policía que los estaba persiguiendo.
Todo lo que sucede en este Corto, es con el propósito de llevar al extremo la “inocente” discusión que todas las parejas sufren y dejar en claro que sí existen consecuencias, aunque claramente no tan graves como en éste caso, que por supuesto por lo real llevado al absurdo, resulta simpática y necesariamente muchas parejas de nuestros tiempos se verán reflejadas.
A diferencia de los demás cortometrajes estudiantiles “Amor del bueno” toma un ritmo de filmación dinámico y complejo, lo que exige una producción de muy alta calidad, lo que ha llevado al proyecto a crecer y convertirse en una filmación con más alcance del que esperábamos en un principio, gracias al seguimiento y apoyo material y en el despliegue durante la filmación, de parte de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, la Delegación Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juarez; la SSP del DF, diferentes Instancias del Gobierno de la Ciudad y equipo como lo es el de EFD y Chivata Action Car; así como el apoyo de IMCINE que nos ha asesorado y planteado subir la filmación a 35mm, el apoyo incondicional de la SOGEM, Productoras Privadas como: Catatonia Films, Camaleón Films y Terciopelo Films; Colectivos Artísticos como Pandilla Films, y Productoras Independientes como las que colaboran de lleno en el proyecto en conjunto con la UIA que son Antiasalto Films y Perpetua Producciones.
ATENTAMENTE
La Producción de Amor del Bueno.
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